Comprensión de la prostatitis bacteriana aguda y sus causas principales
Hay muchos tipos de condiciones que sólo los hombres pueden adquirir, basadas en sus partes del cuerpo y órganos particulares que sólo ellos tienen. La prostatitis bacteriana aguda es una de esas condiciones específicas que los hombres pueden llegar a adquirir, y aunque es común y fácil de tratar, no es nada agradable tenerla. Si usted ha sido diagnosticado recientemente con prostatitis bacteriana aguda o le gustaría saber más acerca de las causas de la afección, es importante que comprenda el cuadro completo.
Definiendo la Prostatitis Bacteriana Aguda
Es importante entender primero qué es la glándula prostática antes de definir la prostatitis bacteriana aguda. La próstata es un órgano pequeño, en forma de nuez, que se encuentra en la base de la vejiga. La función principal de la próstata es producir un líquido que nutre los espermatozoides, de modo que cuando un hombre eyacula, la glándula prostática exprime ese líquido dentro de la uretra, formando una gran parte del semen en el cuerpo de un hombre. Cuando la glándula prostática se inflama repentinamente, se produce una prostatitis bacteriana aguda. Esta inflamación repentina es típicamente causada por el mismo tipo de bacteria que causa las infecciones del tracto urinario, así como las enfermedades de transmisión sexual. Estas bacterias pueden viajar a la próstata desde la sangre.
Síntomas de Prostatitis Bacteriana Aguda
Hay un puñado de síntomas que los hombres pueden experimentar cuando tienen prostatitis bacteriana aguda. Aunque algunos de estos síntomas no son tan preocupantes como otros, cada uno de ellos sigue siendo importante y debe tomarse en serio. Si un hombre siente alguna de las señales de advertencia, debe contactar a un urólogo lo antes posible para que le diagnostiquen y traten oficialmente. Los síntomas de la prostatitis bacteriana aguda incluyen, entre otros, escalofríos, dolor al orinar, fiebre, dolor pélvico, orina que huele mal, sangre en la orina, dificultad para orinar, problemas para vaciar la vejiga, molestias durante las evacuaciones intestinales, dolor por encima del hueso púbico, dolor en los genitales, testículos o recto, aumento de la frecuencia de la micción y sangre en el semen.
Causas de la Prostatitis Bacteriana Aguda
Como se indica en el nombre de la condición problemática, la prostatitis bacteriana aguda es causada por cualquier tipo de bacteria que produce infecciones del tracto urinario. Los tres tipos más comunes de bacterias que causan prostatitis bacteriana aguda e infecciones del tracto urinario incluyen las especies Proteus, Klebsiella y Escherichia coli. Además, la prostatitis bacteriana aguda también puede ser causada por las mismas bacterias que causan las enfermedades de transmisión sexual. Aparte de los factores bacterianos, algunas otras condiciones pueden causar prostatitis. Estas afecciones incluyen fimosis, obstrucción de la salida de la vejiga, el uso de catéteres urinarios o cistoscopia, una lesión del periné, uretritis y epididimitis.
Tratamiento de la prostatitis bacteriana aguda
Los antibióticos son la norma en el tratamiento de la prostatitis bacteriana aguda, y la mayoría de los urólogos recomiendan estar con ellos durante cuatro a seis semanas, para asegurarse de que todos los síntomas hayan desaparecido y de que las bacterias estén completamente fuera del cuerpo. Otra receta que usted podría recibir para tratar la prostatitis bacteriana aguda son los alfabloqueantes. Los alfabloqueantes ayudan a aliviar los síntomas, ya que pueden disminuir el malestar urinario y relajar los músculos de la vejiga. También se pueden tomar opciones de venta libre más comunes para el tratamiento de la prostatitis bacteriana aguda, como el ibuprofeno. Además, los médicos podrían recomendar cambios pequeños y manejables en el estilo de vida mientras los pacientes se recuperan de la prostatitis bacteriana aguda. Estos cambios en el estilo de vida podrían incluir evitar los shorts acolchados, que agregan presión a la próstata; eliminar el alcohol y la cafeína de su dieta diaria; sentarse en una almohada o cojín durante todo el día; y tomar baños calientes en lugar de ducharse cada mañana o noche.
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