Balanopostitis: qué es?
Se trata de la inflamación del prepucio y el glande. Se manifiesta por enrojecimiento de la “cabeza” del pene y del prepucio, acompañado de irritación, puntos rojos, dolor local y, no en pocas ocasiones, un cubrimiento blanquecino. El paciente acostumbra a notarlo temprano en la mañana así como después de una noche de intimidad. Al bañarse, el hombre nota cierta molestia al retraer el prepucio y evidencia los hallazgos.
Balanopostitis: causas
Los hongos del género Cándida y Malassezia son las causas más frecuente de esta enfermedad. Además, puede ser producida por gérmenes tipo bacilos gram negativos o anaerobios, en pacientes que previamente presentaban algún tipo de laceración. Así mismo, el contacto con sustancias químicas (medicamentos, lubricantes, estimulantes) puede producir inflamación del glande y del prepucio no relacionado a agentes infecciosos. Por otro lado, otras condiciones inflamatorias locales, como el liquen escleroso y atrófico, balanitis linfoplasmocitaria (balanitis de Zoon) e infección subclínica por virus del papiloma humano (VPH) pueden desencadenar la entidad.
Factores de riesgo:
- Pene no circuncidado
- Diabetes mellitus
- Obesidad
- Fimosis
- Enfermedades inmunodebilitantes
- Vida sexual activa
Balanopostitis: diagnóstico
La manera más adecuada a fin de que el paciente sea correctamente diagnosticado es visitando al urólogo. El diagnóstico es hecho con precisión y pertinencia al conversar con el paciente y examinarlo. Acto seguido procedemos a prescribir un oportuno tratamiento. Es fundamental realizar un examen físico debido a que existen otros diagnósticos diferenciales. Condiciones como cáncer de pene in situ, enfermedades de transmisión sexual, dermatosis crónicas, simulan la enfermedad.
Balanopostitis: pronóstico
El curso de la enfermedad y pronóstico suelen ser muy favorables. No obstante, en otras ocasiones se pueden observar recurrencias de la enfermedad al cabo de unos meses. Lo anterior es facilitado por cambios crónicos inflamatorios instaurados en el prepucio, que hacen contemplar al urólogo la necesidad de ofrecer al paciente la circuncisión. De esta manera, el paciente recibe un tratamiento que retira el factor que perpetúa la enfermedad: el prepucio.