Tratamiento quirúrgico:
Desde finales del siglo XIX, tanto en Europa como en los Estados Unidos, la prostatectomía abierta y luego de manera transuretral, han sido el patrón de oro para el tratamiento de la obstrucción y los síntomas acaecidos por la hiperplasia prostática. Todos los tratamientos recientes, tanto farmacológicos como menos invasivos y de tecnologías recientes, han sido comparadas en estudios rigurosos y científicos con estas dos técnicas originales. No obstante lo anterior, las técnicas quirúrgicas siguen evidenciando ser la mejor alternativa así como la más efectiva para el tratamiento de la HPB.
El fin del tratamiento quirúrgico es remover el tejido prostático que ha sufrido la hiperplasia y que genera la obstrucción a la salida de la orina del tracto de salida vesical. Inicialmente con bisturí, y ya más recientemente con técnicas quirúrgicas con corriente eléctrica, energía térmica, ablación por radiofrecuencia, ultrasonido, inyección de agua a alta presión y ablación por etanol. En los últimos años se ha constatado que las técnicas por energía láser brindan ciertos beneficios con respecto a otras técnicas, especialmente en pacientes con otras enfermedades bastante delicadas como arritmias cardiacas, alteraciones de la contractilidad del corazón y uso de anticoagulantes; así mismo disminución del sangrado, uso de sonda uretral en el posoperatorio y recuperación más pronta.
Los beneficios del tratamiento quirúrgico es aliviar en importante medida los síntomas urinarios del paciente y desobstruir la salida de la orina de la vejiga. De esta manera, la vejiga se empieza a recuperar y su dinámica de contractilidad mejora. Las indicaciones de cirugía en hiperplasia prostática son: síntomas urinarios bajos moderados y severos que no responden a tratamiento farmacológico, alteraciones en la función renal secundarias obstrucción crónica de la vejiga, presencia de cálculos en el interior de la vejiga, desarrollo de orina con sangre producido por el crecimiento prostático, infecciones urinarias a repetición y, por último, el que el paciente haya presentado ya episodios de retención urinaria.
Tratamiento farmacológico:
Hasta los inicios de los años ochenta, la única alternativa disponible para el tratamiento de los síntomas urinarios bajos y el crecimiento prostático era someter al paciente a prostatectomía. Desde el descubrimiento de la presencia de receptores alfa adrenérgicos en la glándula prostático, se ha venido utilizando alfabloqueadores desde aquel entonces. Su objetivo es disminuir el tono del músculo liso presente en el estroma y la cápsula prostática así como en el cuello vesical y el piso vesical. Múltiples estudios desde hace treinta años han comprobado la efectividad de estos medicamentos en cuanto a disminución de la intensidad de síntomas, la mejoría del flujo urinario y alivio de la calidad de vida de los enfermos con HPB.
Así mismo, con el ánimo de disminuir el efecto de la testosterona sobre el epitelio acinar prostático, se demostró en los años noventa que los medicamentos que inhiben la enzima 5 alfa reductasa, disminuyen discretamente el tamaño prostático y conducen a una mejoría de los síntomas urinarios bajos. Este efecto se ha constatado especialmente en pacientes con próstata de importante tamaño, mayores a 30 gramos. De igual manera se apreció que los pacientes mejoraban el flujo urinario, su calidad de vida, disminuían el riesgo de retención urinaria aguda y de episodios de orina con sangre.
Por otro lado, ya en la primera década del siglo veintiuno, se ha comprobado que los inhibidos de la enzima 5 fosfodiesterasa, como el Sildenafilo, Vardenafilo y Tadalafilo, ejercen mejoría de los síntomas urinarios bajos en pacientes con crecimiento prostático. Se postula que el efecto se logra a través de la modulación de la vasoconstricción y arteriosclerosis de los vasos pélvicos, lo que permite un comportamiento más adecuado de la pared vesical durante el llenado y evacuación con la micción.
A pesar que durante mucho tiempo se han utilizado medicamentos de origen natural, y algunos estudios evidenciaron algún efecto terapéutico, el Serenoa Repens (Saw Palmetto) y el Pigmeum Africanum no han comprobado un resultado contundente en estudios clínicos aleatorizados de manera reciente. Por tal motivo, su prescripción y manejo se ha puesto en tela de juicio.
Se cuenta actualmente con los siguientes grupos farmacológicos para el manejo de la hiperplasia prostática: lo bloqueadores alfa (tamsulosina, terazosina, doxazosina,alfuzosina), inhibidores de la 5-alfa-reductasa (finasteride), Antagonistas de receptores muscarínicos de acetilcolina, Inhibidores de la 5-fosfodiesterasa (tadalafilo) y fitoterapia , también se cuenta con la terapia médica combinada.
Bloqueadores alfa: Estos fármacos bloquean los receptores alfa-1 en las fibras musculares del cuello vesical y el tejido prostático logrando en consecuencia su relajación, lo que produce un descenso de la resistencia al flujo urinario sin alterar de forma negativa la contractilidad del detrusor. Su objetivo es reducir el componente dinámico de la obstrucción prostática. Los bloqueadores alfa disminuyen el tono simpático de la musculatura del cuello vesical y de la próstata, mejorando así la sintomatología y el flujo urinario máximo sin cambiar el tamaño de la próstata.
Los bloqueadores alfa selectivos logran incrementar el flujo urinario y mejorar los síntomas de los pacientes en 2 a 3 semanas, por esto son de primera elección para el tratamiento de la hiperplasia prostática. Entre estos fármacos están los bloqueadores selectivos de los receptores alfa-1, que presentan efectos indeseables en menor porcentaje al no bloquear los recptores del músculo liso en otras localizaciones. En este grupo de medicamentos están la prazosina, doxazosina, terazosina y alfuzosina. La tamsulosina es la molécula más reciente y presenta menor cantidad de efectos secundarios.
Prazosina: utilizado inicialmente en el manejo de la hipertensión arterial, se uso para el manejo de la hiperplasia prostática sin embargo ya no se usa por tener mayores efectos secundarios comparados con los otros fármacos de este grupo.
Terazosina: La dosis que se recomienda es de 5 mg /día y para minimizar el riesgo de hipotensión ortostática debe ser instaurada en dosis progresiva desde 1 mg /día durante 4 semanas. Se considera una buena opción terapeutica en pacientes con hiperplasia prostatica e hipertensión arterial al tener efecto hipotensor, en pacientes normotensos no produce cambios significativos en su presión arterial.
Doxazosina: Utilizado también en pacientes hipertensos. Como la terazosina, la dosis debe ser instaurada de forma gradual, sin embargo, se encuentra una molécula de 4 mg de liberación sostenida, permitiendo una dosificación diaria de 4 mg desde la primera toma. Existen estudios que demuestran una mejoría significativa adicional usando dosis de 8 mg /día.
Tamsulosina: es un bloqueador alfa selectivo, al tener menor afinidad por los receptores alfa 1B situados en los vasos sanguíneos, es considerado como un fármaco de mayor seguridad cardiovascular comparado con los otros del mismo grupo. No requiere de incrementos progresivos en su posologia diaria de 0,4 mg y se obtiene mejoría de la sintomatología incluso antes de lo esperado con los otros fármacos.
A pesar de que la respuesta terapéutica a los bloqueadores alfa es rápida, no existen estudios que evidencien la prevención de la progresión de la enfermedad ni el desarrollo de las complicaciones ni tampoco la reducción de la necesidad de manejo quirúrgico con el uso de estos fármacos.
Dentro de los principales efectos secundarios del uso de este grupo de fármacos se encuentran: astenia, somnolencia, náuseas, vértigo, secreción o congestión nasal, hipotensión ortostática, visión borrosa.
Inhibidores de la 5-alfa-reductasa:
Para uso clínico se tiene disponible dos inhibidores de la 5 alfa reductasa: finasteride y dutasterida
Este grupo de fármacos, incrementa la velocidad del flujo urinario máximo e induce una regresión del aumento del tamaño prostático, mejorando de esta forma los síntomas del paciente. Se plantea que el finasteride reduce el volumen de la próstata en hombres con próstatas mayores de 40 gr.
Estos fármacos han demostrado que reducen la necesidad de llevar a los pacientes a cirugía de próstata porque disminuyen la incidencia de retención urinaria y la presencia de sangrado durante la progresión de la hiperplasia prostática
Eventos adversos relacionados con la función sexual masculina como reducción de la líbido, impotencia, disfunción eyaculatoria se observan en los pacientes tratados con finasteride o dutasterida. Se puede presentar ademas ginecomastia y erupciones cutáneas. Se observa una disminución del PSA sin modicarse el porcentaje de PSA libre.
Antagonistas de receptores muscarínicos de acetilcolina: Tolterodina, oxibutinina
Son tolerados en general, los efectos adversos encontrados con la toma de estos medicamentos son: boca seca, mareos, estreñimiento, dificultad miccional, se ha observado que mejoran los síntomas como urgencia, polaquiuria, nicturia, tenesmo vesical, incontinencia, sin embargo, no se recomienda en pacientes con obstrucción del tracto urinario de salida por el riesgo de retención urinaria aguda.
Inhibidores de la 5-fosfodiesterasa:
El tadalafilo es el único medicamento de este grupo que está aprobado para el manejo de los síntomas obstructivos urinarios bajos secundarios al crecimiento prostático.
La disfunción eréctil es una comorbolidad muy frecuente con la hiperplasia prostática, siendo el taladafilo una buena opción de manejo.
Los efectos adversos del Tadalafilo son: bochornos, dolor lumbar, cefalea, mareos, congestión nasal y síntomas dispétpicos. Su uso está contraindicado en combinación con nitratos, Doxazosina o Terazosina. El paciente que más se beneficia con el uso de Tadalafil 5mg es un hombre joven, sin sobrepeso y con síntomas obstructivos urinarios severos.
Terapia combinada
Bloqueadores alfa+ Inhibidores de la 5-alfa-reductasa: Al combinar los efectos de estos dos medicamentos se obtiene mejores resultados en el control de los síntomas así como en la prevención de la progresión de la enfermedad, sin embargo se observa mayor presencia de efectos secundarios que al usar solo monoterapia ,por tal razón esta terapia combinada se recomienda en pacientes con síntomas moderados a severos , próstatas mayores 40 ml, y pacientes con tendencia a desarrollar progesion de la enfermedad (niveles de psa elevados, edad avanzada, etc..)
Fitoterapia
Se han usado extractos de plantas para el manejo de los síntomas de la hiperplasia prostática benigna, sin embargo, su uso es controversial ya que no existen datos que confirmen su eficacia.