Circuncisión: cómo se hace?
El procedimiento quirúrgico reside en hacer dos incisiones quirúrgicas paralelas al surco coronal y separadas por una longitud corta de piel. Posteriormente, se reseca el prepucio entre ellas y se procede a afrontar con sutura dicha brecha. Se cubre la herida quirúrgica con crema antibiótica y el paciente egresa para su hogar. En general se realiza en niños bajo anestesia general y en adultos bajo anestesia local, en la mayoría de los casos. La incapacidad médica que genera es de unos diez a catorce días. Al cabo de este período, el paciente retorna a sus actividades usuales. Por unas semanas se acostumbra observar cambios por resequedad en el glande, que son completamente esperados en la convalecencia.
Los riesgos de este acto quirúrgico son escasos: sangrado, infección, dolor, mal resultado estético, necrosis del glande, lesión inadvertida de la uretra distal. Afortunadamente, son de muy baja presentación. La circuncisión tiene una tasa de éxito de un 95-98%.
Circuncisión: pronóstico
En manos entrenadas, este procedimiento tiene un excelente curso y evolución postoperatoria. El paciente no suele tener incomodidad al mes, mes y medio, para reiniciar su vida sexual, sin mayores alteraciones en la sensibilidad. Así mismo, no suele presentarse ningún cambio significativo en la rigidez ni en la curvatura natural del pene en erección. Por cierto, el varón circuncidado no tiene cambios en las características de la eyaculación ni la líbido posterior a esta cirugía.
Si bien es un tema que puede generar pena y vergüenza en nosotros los varones, los urólogos contamos con el entrenamiento y la virtud para saber escuchar a nuestros pacientes.