Virus del papiloma humano: diagnóstico
Los condilomas genitales son precedidos por cambios en las células del epitelio de los genitales. Al hacer una inspección microscópica es típica la transformación del epitelio, cuyos núcleos celulares alterados se denominan coilocitosis. Al examen físico de los pacientes, muchos de ellos no demuestran ninguna manifestación. Este período se llama de latencia y puede extenderse entre 3 a 8 meses desde el contacto. Cuando ya surgen las lesiones, de manera características tienen forma de “mezquinos” o “verrugas“. Se debe a la proliferación de un volumen importante de células de la piel alteradas por el virus.
Cuando el virus infecta el cuello uterino, su diagnóstico se hace a través de la citología cérvicouterina. En hombres, se solía realizar en el pasado la famosa penoscopia, aunque ha perdido uso debido a que se ha demostrado que es una prueba con falsos positivos y negativos. Actualmente el diagnóstico se hace a través de un minucioso examen físico en hombres. En años recientes han surgido múltiples pruebas moleculares (PCR, pruebas híbridas de antígenos virales) útiles y muy específicas en el diagnóstico de la presencia de VPH.
Así también, el VPH ha sido asociado al desarrollo de cáncer orofaríngeo.
Virus del papiloma humano: tratamiento
Existen tratamientos citolíticos, inmunomoduladores y ablativos para el manejo de las lesiones causadas por el virus. Dependiendo del volumen, tamaño, localización y recurrencia de las mismas, será el tipo de tratamiento. Los colegas ginecólogos son los encargados de realizar el tratamiento de las mujeres que tengan el virus en sus genitales internos y externos. Los médicos especialistas en otorrinolaringología y cirugía de cabeza y cuello los que traten a los enfermos con alteraciones en cavidad oral, faringe y laringe. Los urólogos son los encargados de lidiar con las lesiones genitales en hombres.
Contemple siempre consultar a su especialista de confianza en caso de duda diagnóstica.